Carnaval Juliaca

Por acá, por mi ciudad, las fiestas de los carnavales empezaron, diríase, tarde; sin embargo esto no le quita la fastuosidad y la alegría de aquellas que estuvieron a tiempo. Hay en nuestro carnaval, como se acostumbra en la mayoría de las fiestas, gentes hacinadas y atiborradas en los lugares de concurso; botellas de cerveza que huelen a placer y jolgorio por todos lados, y cómo no, rostros y gestos infectados de la alegría que, aunque unos no quieran, ineluctablemente asoman desde el fondo de la verdad de esta fiesta: desde la identidad. Desde nuestra identidad.
Quizá no dure en el recuerdo lo que otros acontecimientos singulares y únicos; no obstante, el festejo anual alcanza para recordarnos siempre que existe esta fecha de aniversario; estos días de holgura y exultación conjunta. Y es que la gente que esparce su multitud entre las calles de este pueblo, el extraño movimiento de su comercio y la cálida entidad de sus gentes, hacen de la cultura que se urde en todos sus habitantes el papel perfecto para negociar su fiesta al tiempo; hacen del espacio sórdido y acabado de la a veces incomprendida indiferencia de otros pueblos la excusa inminente de estas fechas por todos festejadas. 'Viva el carnaval!', 'Tobas Amazonas!, Morenada Central!' Son los gritos ya acostumbrados, es la alegría que nos pertenece.
0 comentarios