Tod des Übels

Para empezar algo, es curioso, suele aparecerse casi siempre -al menos en mi caso- la idea antiquísima ya en nuestro medio, de que los inicios son siempre difíciles. No es tanto de extrañar, luego, los retoques a veces excesivos y abusivos de parte de aquellos iniciantes de algo; esas grandilocuentes maneras de formar y evitar comentarios sobre, digamos, un tema o, acaso, un estólido artículo sin autor. (Un buen ejemplo soy yo -es evidente, no?-)
No obstante, la carga parece hacerse más liviana después de ese principio; uno -cualquiera- siente que el camino se va estirando y ya no quiere/puede ver el largo recorrido (demás está decir que los inicios no son sólo eso: inicios. Son mucho más, desde luego.) por eso, sin querer e inconscientemente, pasa en ocasiones que se abigarran temas, se trastocan opiniones y, finalmente, se pierde el hilo de ese algo que, antes, se había iniciado. Uno se va por las ramas, como se dice en el argot popular.
Por eso es que, animado y quizá trivial, espero no salirme de este inicio que empiezo a tener. (La imagen arriba insertada es del maestro Enrique Bunbury que, por cierto, anunció el regreso de Héroes del Silencio para Septiembre. Grande, Bunbury. Héroes del Silencio toda la vida.)
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Anónimo -